domingo, 25 de enero de 2009

LOS SECRETOS DEL PROYECTO "ESPAGUETI WESTERN" MEMORIAS DEL DIRECTOR (PARTE 2)



La Producción:



Siempre me ha interesado la animación porque permite hacer cualquier cosa. En una producción con personajes reales estás continuamente limitado por el presupuesto y los costes. La animación te permite crear un mundo a partir de cero, y tener un control casi total sobre él, donde la única limitación la pone tu imaginación. Esto fue algo fundamental para un cortometraje en el que teníamos que crear un mundo 100% ficticio, lleno de pastas con vida propia.


También teníamos que crear un entorno ficticio, pero teniendo siempre presente el cine al que pretendíamos homenajear. Por ello, nos desplazamos hasta el desierto de Almería para tomar fotos de las localizaciones, y basar directamente nuestros fondos en esas fotografías.
Otro tema diferente era el diseño de los personajes. Nuestra principal referencia ha sido la animación clásica. Los viejos cartoons de la Warner, los clásicos de Disney,... Creo que han sido nuestros principales maestros y los de prácticamente todos los que hacemos animación. Cualquiera que vea el cortometraje notará más semejanzas con un cortometraje clásico de Max Fleischer que con un episodio de "South Park" o de "Las Supernenas", tanto en cuanto a técnica como en el contenido. Queríamos un cortometraje a la vieja usanza, con la clásica historia del héroe que se enfrenta al villano para rescatar a la chica, pero contada con unos personajes como no se había hecho nunca. Los filmes de Píxar, que en cierta manera también tienen unos contenidos muy clásicos, también han sido otra de nuestras grandes influencias, en el sentido de trasladar el modo de vida humano a otro de naturaleza totalmente imposible, y recrear todo un mundo a partir de esa premisa.
Por otra parte, para los personajes principales nos inspiramos directamente en los dos grandes antagonistas del spaghetti western: Clint Eastwood y Lee Van Cleef. Todo ello teniendo en cuenta que estamos hablando de personajes creados a partir de toda la gama de pastas que conocemos. Ello nos daba juego a crear diferentes personalidades según la pasta que inspirase el diseño: está el espagueti lacio, los personajes infantiles que son lacitos, el fideo pequeño pero matón, el gnocci barrigón aficionado a la cerveza, los más gallardos y esbeltos soldados tallarines...
En cuanto a la animación, para este cortometraje ha colaborado gente de muchos sitios, pero gracias a Internet hemos conseguido coordinarnos y que la coherencia de la animación no se haya visto perjudicada. Actualmente cualquiera puede conseguir levantar un proyecto de animación sin necesidad de reunirse en un estudio cada día. Basta con tener una conexión permanente con todo el equipo y tener muy claro cada uno su papel. En ocasiones esto suponía un problema, pues dependíamos completamente de la tecnología, y si ésta fallaba, la producción fallaba. Pero no era lo habitual.



El mayor problema en los inicios de la producción fue conseguir reflejar, a partir de los programas informáticos que teníamos disponibles, aquello que nosotros queríamos de forma que supusiese la menor inversión de tiempo posible, pues teníamos unos plazos que cumplir y, puesto que no somos un equipo grande de gente, el tiempo siempre jugaba en contra nuestra.
Por otra parte teníamos el problema del formato. Al ser un cortometraje cuyo destino es ser proyectado en las salas de cine, los archivos a los que nos enfrentábamos eran enormes, pues estamos hablando de una resolución mucho mayor de la que estábamos acostumbrados a trabajar para obtener la máxima calidad. Ello requería un equipo adecuado para trabajar la animación. Todo ello para que el público vea pastas moverse en la pantalla como nunca antes hubiera visto.

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